¿Por qué lo normal es tan raro de encontrar?

¿Qué es ser normal?

¿Ser extraordinario es ser normal?

Ya he vuelto de vacaciones y en este mes de Agosto disfrutando me he planteado las mismas preguntas que antes de empezarlas.
En Julio un amigo me solicitó ayuda para cubrir una vacante en su empresa, con muy buenas condiciones laborales, pero no daba con el candidato por lo que trata este post.
Quería para su equipo alguien «normal«, no un fuera de serie, le valía con que fuera honrado, trabajador, que no mintiese sobre sus visitas,…, alguien en quien poder confiar, como él me dijo: -«es tan difícil encontrar alguien normal«- a lo que respondí, que por desgracia y bajo mi experiencia seleccionando y trabajando con personas, ese requisito es lo «anormal», lo fuera de lo común.
En estas vacaciones he reforzado esta afirmación:
«Ser normal es lo anormal«.

Un ejemplo:

Nos encontrábamos de crucero por los Fiordos Noruegos y para desembarcar en los puertos, hay una hora indicada , incluso turnos de salida. En esta ocasión era a las 9:00 y se retrasó sin preaviso a las 9:30, por lo que en el descansillo de las escaleras se fue acumulando gente ansiosa por salir. La tensión se respiraba, y las personas que allí estábamos empezamos a sentir el instinto de pánico y urgencia por ser los primeros, con el riesgo de caída por las escaleras de alguien y otra tragedia por la estupidez humana. Estando los primeros, pedimos calma porque una vez abajo saldríamos de uno en uno al pasar el control, pero ni con esas, al abrir la cinta el ansia empujó a la masa y gracias a Dios no pasó nada grave. No es normal.

Otra pincelada.

Parada de bus local en Olden (Noruega) donde todos los viajeros sabíamos que se coge un autobús que sube al glaciar Briksdal más económico que las excursiones organizadas. Estábamos los primeros haciendo fila y organizando el sentido de la cola porque siempre hay «espabilados» para echar morro en todo el planeta. La gente iba asumiendo su orden hasta que la fila fue grande y el riesgo de no tener sitio provocaba inquietud de la mitad para el final. Llegaron dos buses y el segundo sobrepasó al primero y abrió las puertas, la gente corrió, sin orden establecido para garantizar su viaje sin pensar en los demás.
Resultado: personas que habían madrugado y aguantado mucho tiempo se habían quedado en la calle en favor de otros que habían considerado «normal» colarse porque sí, esto provocó malestar, gritos, enfados, disgustos,…Y por suerte nada más grave. ¿No se supone que debe ser un periodo de disfrute y ocio?. Todo por la falta de normalidad que nos rodea hoy día.

¡HAY ESPERANZA!

En el crucero se comparte mesa en la cena con las mismas personas todo el viaje, del primer día al último hubo salidas e incorporaciones en nuestra mesa, pero todo se depuró en base a la afinidad, a la consecuencia de lo que unos y otros consideran que es normal, haciendo grupos de diferentes características «normales» para sus integrantes, el nuestro fue estupendo en cuanto a calidad humana, amistad, humor, optimismo, empatía, forma de pensar, se me ocurren muchas palabras para definir un grupo «anormal» por ser «normal».
Gracias a los seis porque es un placer conocer a gente con principios y valores compartidos.
Al igual que en las vacaciones, cada día, cada momento, vemos actuaciones y reacciones de personas, en el ámbito profesional, de amistad, deportivo,… que desde todo punto de vista no son normales, por eso y siendo tan escaso ser NORMAL, se convierte en EXTRAORDINARIO.

 

En tu mano está SER NORMAL, para ser EXCEPCIONAL.
Muchas gracias y mucho karma positivo.
 Dedicado con mucho cariño a los compañeros de crucero.