Si a estas alturas alguna persona piensa que no necesita ser comercial, debe abrir más los ojos, pero sobre todo los oídos, en muchos momentos de nuestra vida debemos ejercer el arte de la venta, de un objeto, de nosotros mismos (me refiero a la búsqueda de empleo), a negociar, gestionar citas,… parece que el mundo comercial está más cerca de lo que pensamos. 

Ser comercial no es una profesión, es un estado mental, es un deseo de solucionar problemas, de ayudar sinceramente al que tienes delante.

Seguimos oyendo y viendo una aversión a la palabra vendedor, comercial, asesor,…pensando en charlatán, mentiroso, alguien en quién desconfiar que «nos la va a colar»,… Y por eso lucho desde un sector al que este cartel se le adjudica sin motivo, a borrar esta imagen y defender esta profesión como una gran salida a desarrollarse como persona y tener unos ingresos importantes, además de libertad para una vida feliz y completa.

El aprendizaje de un comercial no es fácil pero es un complemento a la formación como persona que todos debiéramos tener para madurar, ya que abre los ojos a las necesidades de los demás, a los comportamientos de las personas, a detectar los sentimientos, pasiones y sufrimientos, a ser más sensibles a lo que nos rodea.

Aprendemos comunicación no verbal, mucho más útil que la verbal, ya que permite anticipar movimientos, así como respuestas satisfactorias que sin esta herramienta se quedaría en un problema más.

Empatizamos mejor en una conversación, porque hemos convertido en hábitos, facetas tan importantes como: la atención en la escucha, la asertividad (bien definida: capacidad de explicar nuestra postura e idea sin agredir al que nos dirigimos), la aplicación del sentido común, la agilidad en la búsqueda de soluciones,…

En la cuestión económica, hay quien sigue pensandose la elección entre un trabajo «fijo» y ser comercial a comisión, siendo este último el mejor camino hacia la libertad financiera, ya que la «certidumbre» del trabajo para siempre ha desaparecido y el sueldo mínimo cada vez es menor, la alternativa comercial es y ha sido muy atractiva siempre. Ya ni hablemos si además los ingresos vuelven a percibirse año tras año de manera sistemática por tu cartera de clientes (por ejemplo, el sector seguros), en cuyo caso el interés se centra en mantener tus clientes y generar algo de nuevo negocio.

La libertad que proporciona ser comercial, se refleja en el autocontrol de la agenda, en el dominio de la gestión del tiempo, del saber priorizar, de organización del trabajo,… con esto conseguirás dedicarte a lo verdaderamente importante en tu vida, que NO ES TRABAJAR, al mismo tiempo que desarrollas una profesión con fuertes ingresos.

Si no te he convencido con sólo estos argumentos, en próximos posts quiero abrir las puertas al mundo comercial y sus herramientas sin secretos para que puedas aplicarlas y conseguir tu desarrollo profesional o su aplicación en tu vida personal.

Muchas gracias y mucho karma positivo para tí.